Alquilar una vivienda es cada vez más difícil : los garantes deben cumplir muchos requisitos, las inmobiliarias cobran comisiones reguladas “por usos y costumbres”, y cuando llega el momento de renovar el contrato hay que enfrentar subas de hasta el 20%, que llegan al 40% al finalizar el contrato, según datos de la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA), el Centro de Educación al Consumidor (CEC) y la Unión Argentina de Inquilinos (UAI).
Sufrir esta odisea es la única salida para muchísimas familias que cada vez tienen menos posibilidades de acceder a un crédito hipotecario para comprar una vivienda. Y reunir todos los requisitos que se necesitan para firmar un contrato puede ser una tarea titánica.
Por temor a las garantías truchas y a la morosidad, piden hasta dos garantías propietarias de la misma ciudad donde se alquila y de familiares directos del inquilino. “Eso no es todo, a veces también los garantes deben presentar sus recibos de sueldo ”, señala Susana Andrada, del CEC.